domingo, 30 de agosto de 2015

«DESPUÉS DEL TERREMOTO»... Murakami, imaginación y realidad que invitan a mirar al interior del lector

Hace tiempo hablé de Haruki Murakami (村上 春樹) cuyas obras de ficción y no ficción han ganado numerosos premios, incluyendo el Premio Noma, el Tanizaki, el Yomiuri, el Franz Kafka y el Premio Jerusalem, entre otros.

En dos días leí «DESPUÉS DEL TERREMOTO», un libro inspirado por el terrible terremoto que en 1995 asoló la ciudad japonesa de Kobe, y que se cobró más de cinco mil vidas. «DESPUÉS DEL TERREMOTO» está compuesto por seis impactantes relatos llenos de ficción que transcurren —combinándose con el mundo real— poco después de la tragedia. Un comercial de equipos de sonido al que su mujer abandona abruptamente tras el seísmo, una adolescente huida de su casa, un chófer que trata de mitigar la misteriosa melancolía que consume a una mujer, un joven huérfano cuya existencia da un giro al descubrir parte de su pasado, un modesto empleado de banco a quien una rana gigantesca le pide ayuda para salvar a Tokio de un segundo terremoto, y un escritor con dificultades para «escribir» su propia vida son los protagonistas de los seis cuentos que componen el volumen. El protagonista omnipresente, sin embargo, es el propio seísmo, que irrumpe sutil o significativamente en las vidas de aquellos que sobrevivieron al terrible apocalipsis.

Hay que recordar que Haruki Murakami es, en la actualidad, el autor japonés más prestigioso y reconocido en todo el mundo. Sólo Murakami podía transmitir en seis historias tantas verdades sobre la compasión, el coraje y el sufrimiento humano. Pero ojo, claro está que es un escritor que no tiene los principios cristianos en su formación y que de hecho dice que su religión es el poder de la imaginación, por lo cual ve muchos aspectos de la vida de una manera muy fría y tal vez hasta grotesca. Pero, a pesar de esto y de que los libros de Murakami sitúan las historias en Japón, abordan temas que a todos nos conciernen, como son la soledad, el aburrimiento y la pérdida (silencios inabordables de toda vida humana), por lo que tienen significado para los lectores de cualquier parte del mundo. Cuando uno lee a Murakami, haciendo a un lado —por poner un ejemplo—el sexismo que envuelven algunos de sus párrafos, uno no se adentra en una sociedad sólo, sino en la mente humana, capaz de crear y recrear tantas cosas.

Aunque el terremoto de Kobe es el hilo conductor de los relatos de este libro, creo que hay un terremoto más protagonista que el de Kobe en cada una de esas seis historias: me refiero a esos terremotos personales, esos seísmos interiores que tenemos a veces donde se produce una sacudida invisible para quienes nos rodean pero totalmente perceptible para uno mismo y que a veces tiene unos efectos devastadores, pero que siempre supone un cambio, una lucidez, un nuevo paisaje interior.  

De esos terremotos, y no del de Kobe es de lo que nos habla Murakami más que nada. Y como es un autor poco sospechoso de traicionarse a sí mismo, nos encontramos sus tics más reconocibles, sus metáforas y juegos de palabras, con su peculiar estilismo, con sus mundos extraños y extravagantes pero con los que, de forma casi mágica, cualquiera puede reconocerse, con su acertada descripción de los perfiles psicológicos de los personajes, con su capacidad de meterte en la historia desde el primer párrafo. 

¡Gracias Alejandro... por haberme regalado en tu casa un espacio maravilloso de silencio para leer!


Haruki Murakami,
"Después del Terremoto",
Ed. Tusquetes.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario